La acusación
“Querida provincia Duarte, quiero expresar mi más profundo agradecimiento por la confianza y el apoyo que me brindaron en las recientes elecciones. A pesar de que fui el cuarto candidato más votado, lamentablemente el método D’Hondt y diversas circunstancias, incluyendo el hecho de que algunos miembros de mi propio partido alentaron el voto hacia otros candidatos de otro partido no me permitieron obtener nuevamente la diputación”.
Al leer detenidamente lo expresado por Acosta, queda claro que el PLD atraviesa por el mayor desafío de su historia, tomando en cuenta que hay dirigentes que prefieren que se pierdan las elecciones, para impedir que algunos de sus miembros sigan o alcancen posiciones electivas en el Congreso Nacional o en los ayuntamientos.
Cuando cosas así suceden, no importa la naturaleza de la entidad, la misma está destinada a seguir fracasando, a menos que se tomen acciones contundentes, y se envíe un fuerte mensaje a sus miembros de que las cosas cambiaran para bien de todos y no de grupos particulares.
Con carácter de extrema urgencia el PLD debe renovarse desde arriba hasta abajo.
Los miembros del Comité Político, del Central, de los provinciales, municipales, intermedios, de base, todos sin excepción deben ser renovados, o corren el riesgo de seguir disminuyendo.
A esos órganos de dirección deben ir personas que conecten con la gente y con sus problemas.
Personas que tengan vínculos con la sociedad a través del deporte, el arte, la cultura, el emprendimiento, la ciencia, la educación, la salud, la niñez, los envejecientes, entre otras áreas, deben ir a las direcciones de los partidos, y más en el PLD cuya actual dirigencia ya no conecta con los distintos grupos sociales.
Lo que sucede en San Francisco de Macorís a lo interno del PLD, sucede en gran parte del país.
Fruto de la división y la salida de importantes dirigentes, el PLD luce decapitado en la ciudad del Jaya.
Esa y otra razones, deben llevar al desprendimiento, a actuar con sinceridad, y crear las condiciones para atraer nuevos miembros, donde a través de una dirigencia colegiada se respeten sus estatutos y exista un régimen de consecuencias para aquellos que no actúen acorde a las reglas.
El PLD debe identificarse con los problemas de la gente, y eso aquí no está sucediendo.
Muchos de sus integrantes solo sacan la cabeza cada cuatro años.
Incluso, a ciencia cierta una inmensa mayoría en la provincia Duarte, desconoce los nombres y mucho menos sus respectivas trayectorias y profesionales, de los miembros del Comité Central del PLD en esta demarcación.
Desde este lunes 27 de mayo, o siguen el camino hacia su extinción o en cambio, hacen los correctivos de lugar y toman acciones contundentes para salvar ese instrumento importante de la democracia en la República Dominicana.
Por: Marcos Santos,-
@conmarcossantos
Fuente: ms.com.do,-
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