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lunes, 7 de diciembre de 2020

HaitΓ­ es un Estado fallido en irreversible 𝕕𝕖π•₯π•–π•£π•šπ• π•£π• 

La profunda crisis que golpea a HaitΓ­ ha derivado en una inseguridad que funcionarios diplomΓ‘ticos y consulares se han visto obligados a tomar medidas precautorias para no ser vΓ­ctimas de un secuestro, modalidad delincuencial en boga como reflejo de que las  autoridades no garantizan el funcionamiento de ningunos de los servicios bΓ‘sicos.

La inseguridad que vive el vecino paΓ­s se tornΓ³ complicada desde la ausencia de la MisiΓ³n de EstabilizaciΓ³n de las Naciones Unidas en HaitΓ­ (Minustah), situaciΓ³n que se ha hecho insostenible en los ΓΊltimos dos meses, lo que ha llevado a la mayorΓ­a de las misiones diplomΓ‘ticas a resguardarse y disponer de la menor cantidad de personal en las embajadas y consulados.

Como las autoridades electas de HaitΓ­ perdieron el monopolio de la fuerza, se ha generado un vacΓ­o de poder que trata de llenarlo el crimen organizado, afectando hasta las entidades bancarias.

Los bancos que operan en Puerto PrΓ­ncipe y otras principales ciudades se vieron obligados a prohibir a sus empleados tener consigo sus celulares mientras estΓ©n en horario laboral, pues no han sido pocas las personas secuestradas o asaltadas al salir de los establecimientos bancarios.

La inseguridad de las operaciones bancarias y sus clientes pasa a otros planos de complicidad porque a pesar de las medidas adoptadas por sus ejecutivos, las emboscadas a clientes continΓΊan, lo que para muchos significa que las redes delincuenciales alcanzan otros niveles de jerarquΓ­a.

El incremento de los secuestros en HaitΓ­ fue reseΓ±ado por la agencia espaΓ±ola de noticias EFE, que destacΓ³ la impotencia de las autoridades para hacer frente a este fenΓ³meno, “limitΓ‘ndose a dar consejos a la poblaciΓ³n para evitar ser raptados”.

  “Desde hace al menos un mes, las imΓ‘genes de personas secuestradas circulan a diario por las redes sociales; entre ellas, uno de los que mΓ‘s estupor ha causado a la poblaciΓ³n es el caso de una niΓ±a desaparecida hace mΓ‘s de una semana y cuyo video con uniforme escolar circula constantemente en las redes sociales”, reporta EFE.

Una situaciΓ³n peligrosa

Conversaciones con personas que residen en Puerto PrΓ­ncipe y en zonas aledaΓ±as dan cuenta de que la situaciΓ³n se percibe muy peligrosa porque las familias pobres tienen que enviar a sus hijos a las escuelas o colegios a merced solo de las oraciones.

Sectores de clase media con poder econΓ³mico decidieron mudarse en RepΓΊblica Dominicana, ya sea rentando casas e inscribiendo a sus hijos en colegios dominicanos.

En los ΓΊltimos siete dΓ­as se registraron 14 secuestros en la capital haitiana, que incluye a extranjeros aunque la cantidad de personas raptadas no se puede precisar porque en ese paΓ­s no hay instituciΓ³n de orden pΓΊblico que tenga esas informaciones sistematizadas.

Las bandas criminales se activaron en circunstancias especiales, pues diciembre es el mes donde sus miembros salen a “pescar”, lo que no se hace difΓ­cil en un paΓ­s donde las fuerza pΓΊblica es dΓ©bil y sus propios miembros ya tienen en su prontuario la realizaciΓ³n de una protesta, lo que deja mucho que desear.

En vez de anunciar medidas para contener la ola delincuencial, el primer ministro de HaitΓ­, Joseph Jouthe, tras exhortar a la poblaciΓ³n a cuidarse y mantenerse vigilante, emitiΓ³ un decreto creando la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), que es interpretado por sectores diplomΓ‘ticos como una medida desesperada por revertir el caos.

No para pocos expertos y diplomΓ‘ticos de carrera que conocen la situaciΓ³n haitiana, la creaciΓ³n de la Agencia Nacional de Inteligencia es una infausta sorpresa porque se entendΓ­a que ese organismo de compilaciΓ³n, sistematizaciΓ³n de informaciΓ³n y seguimiento al crimen organizado ya existΓ­a.

La tΓ­mida medida es vista con ojeriza no solo por diplomΓ‘ticos, sino por el grueso de la poblaciΓ³n que acusa al gobierno de estar enfocado en la organizaciΓ³n de las prΓ³ximas elecciones que deberΓ‘n llevarse a cabo en una fecha que el propio presidente no acaba de definir. El presidente haitiano gobierna por decreto desde enero cuando culminΓ³ el perΓ­odo de los legisladores y las elecciones legislativas fueron aplazadas. Su perΓ­odo termina en febrero de 2022.

Promesas de elecciones,,,   

El recrudecimiento del clima de inseguridad que se vive en estos momentos en HaitΓ­ estuvo precedido de grandes movilizaciones de masa en protesta contra el gobierno del presidente Jovenel Moise, que a pesar de esos hechos se ha mantenido incΓ³lume prometiendo elecciones legislativas y presidenciales sin precisar cuΓ‘ndo.

El descontento popular expresado en las calles con la quema de propiedades privadas en Puerto PrΓ­ncipe y otras ciudades, ha dejado como resultado a medio centenar de personas muertas, a lo que se ha unido una peculiar protesta en meses pasados de la propia PolicΓ­a, instituciΓ³n que estΓ‘ llamada a preservar el orden pΓΊblico.

A los secuestros en HaitΓ­ se aΓ±aden los asesinatos selectivos de personalidades, como ocurriΓ³ el pasado 28 de agosto cuando desconocidos emboscaron al presidente del Colegio de Abogados, Me Monferrier Dorval, un crimen que consternΓ³ la naciΓ³n, pues se trataba de una de las voces que abogaba por una nueva ConstituciΓ³n.

La PolicΓ­a haitiana e incapaz de contener el crimen organizado y la delincuencia comΓΊn, pues una operaciΓ³n denominada Terminator 1 fue ineficaz de frenar las acciones de las bandas armadas, que operan en los barrios mΓ‘s populares de Puerto PrΓ­ncipe, cuyas calles, negocios y restaurantes en las noches lucen desiertos.

"De noche ningΓΊn diplomΓ‘tico ni extranjero que vive en esta ciudad tiene que salir a buscar nada, que no sea que lo asesinen o secuestren”, comentΓ³ una fuente ligada al parlamento haitiano.

 Los viajes por carreteras desde Santo Domingo hacia Puerto PrΓ­ncipe o de cualquier otra ciudad haitiana hacia esa capital se han reducido porque ya es un hΓ‘bito el asalto de los ocupantes de vehΓ­culos.

Secuela de Estado fallido,,,   

Aunque la mayorΓ­a del cuerpo diplomΓ‘tico radicado en HaitΓ­ mostraba cautela en calificar la situaciΓ³n de infuncionalidad del Estado, las opiniones ya no se reservan a la almohada o a los informes confidenciales oficiales de embajadores y cΓ³nsules.

 Un Estado fallido es aquel  que no estΓ‘ en capacidad de garantizar su propio funcionamiento, como los servicios bΓ‘sicos que debe dar a la poblaciΓ³n.

Es una expresiΓ³n, Estado fallid, que apareciΓ³ en el lenguaje polΓ­tico y diplomΓ‘tico en las ΓΊltimas dΓ©cadas a partir de las convulsiones en Somalia, Libia, SudΓ‘n, Yemen, Congo, EtiopΓ­a, Iraq y Zimbabue, donde las autoridades pierden el monopolio de la fuerza, legitimidad y se registran disputas entre instituciones, como ocurre desde hace aΓ±os en el vecino paΓ­s cuya ConstituciΓ³n establece dos poderes: el presiente y el primer ministro.

La profunda crisis institucional comenzΓ³ a empeorar desde que las fuerzas de estabilizaciΓ³n dirigidas por las Naciones Unidas decidieron eliminar una de las pocas instituciones que operaba: las Fuerzas Armadas.

“Muerto el perro...”

Empujadas por la violencia y abusos generados por las Fuerzas Armadas y los llamados Ton Ton Macoute, la comunidad internacional aplicΓ³ el refrΓ‘n aquel de que “muerto el perro, se acabΓ³ la rabia” pasΓ‘ndole el rodillo al EjΓ©rcito, a la Marina y a la policΓ­a haitiana.

A pesar de permanecer 13 aΓ±os en suelo haitiano, la fuerza militar comandada por la OrganizaciΓ³n de las Naciones Unidas (ONU), solo sirviΓ³ para consumir 7 mil 330 millones de dΓ³lares en ese tiempo, que fueron aprovechados por contratistas y suplidores, muchas veces con padrinos poderosos.

Los cierto es que tras su retiro de HaitΓ­, los cascos azules no cumplieron ninguna misiΓ³n que haya dejado un legado en ese insular territorio, salvo los hijos de soldados que procrearon con haitianas  denominados “pequeΓ±os Minustah”, que son bebΓ©s abandonados y que algunos de los paΓ­ses desde donde procedΓ­an esos militares, asumieron responsabilidades de paternidad.    

Este nuevo teatro en ese Estado fallido no deja de representar una amenaza para su vecino mΓ‘s cercano, donde su presidente Luis Abinader ha dicho que RepΓΊblica Dominicana no puede cargar con ese problema.


Por Rafael NΓΊΓ±ez ,-

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