San Juan, Puerto Rico,- El Departamento de Salud reportó este viernes la cifra más alta de casos positivos confirmados de COVID-19 informados en un mismo día, desde que comenzó la emergencia, con 1,350 nuevos resultados cuyas muestras se tomaron entre el 11 al 25 de noviembre.
Con estos nuevos casos el total de casos confirmados aumentó a 49,226, luego de que Salud también sumara 22 casos con fecha de toma de muestra del 23 de octubre al 10 de noviembre y que no se habían informado hasta hoy.
Además, la agencia informó 129 casos probables y 741 casos sospechosos que elevaron los totales para cada renglón a 1,452 y 40,027, respectivamente.
De otra parte, se reportaron siete nuevas muertes, de las que cinco fueron catalogadas como confirmadas y dos como probables.
Nuevas muertes confirmadas:
- Hombre de 68 años de la región de Bayamón
- Mujer de 40 años de la región de Mayagüez
- Mujer de 87 años de la región Metro
- Mujer de 95 años de la región Arecibo
- Mujer de 93 años de la región Metro
Nuevas muertes probables:
- Mujer de 71 años de la región Metro
- Mujer de 65 años de la región de Bayamón
Mientras, la cantidad de hospitalizados descendió a 582, de los cuales 102 están recluidos en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y 91 están conectados a un respirador artificial. Hasta hoy, los hospitales del país cuentan con 207 camas de intensivo y 759 respiradores artificiales disponibles para adultos.
De acuerdo con Salud, el término de caso positivo confirmado hace referencia a los contagios cuyo resultado fue validado mediante una prueba PCR (molecular). El caso probable es aquel cuyo resultado positivo a la enfermedad se obtuvo mediante prueba de antígenos. Mientras, los casos sospechosos, también conocidos como resultados de anticuerpos, son aquellos que arrojaron positivo a la prueba serológica, y no tienen una prueba molecular o antígenos positiva.
Además, la agencia explicó una muerte confirmada por COVID-19 corresponde al deceso de una persona con una o más pruebas moleculares positivas. La muerte probable es aquel deceso de un paciente que fue diagnosticado con COVID-19 mediante una prueba de antígenos o que su su cuadro clínico reúne los criterios para creer que padecía de COVID-19, pero nunca tuvo una prueba molecular o de antígenos para detectar el virus. Mientras, la muerte sospechosa se refiere al fallecimiento de una persona en la que se detecta un anticuerpo específico en suero, plasma o mediante una prueba serológica con su sangre.
Fuente: www.elnuevodia.com
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