Santo Domingo,- El 11 de abril de 2017 es una fecha que Kirsy Lorena Carrión y su esposo José Báez no han podido olvidar. Ese día, Abraham José, su segundo hijo, salió de la casa y jamás se ha sabido sobre su paradero.
Para ellos, la desaparición de su niño con autismo era algo momentáneo, porque creían que cuando menos lo esperaran alguien tocaría su puerta para llevarle a su pequeño, quien para entonces solo tenía siete años. Lastimosamente, no fue así. Los minutos, las horas, los días, los meses y los años han pasado y nadie ha sabido dónde está Abraham José.
“La fe me ha mantenido de pie. He ocupado mi mente y corazón en ayudar a los demás desde la iglesia porque hay que seguir, hay que tener la fe de Abraham, confiar en que Dios no nos desampara”. Esto lo expresa con la esperanza puesta en que ese Señor en quien tanto cree, no se aparta de su vida.
Lágrimas y noches de desvelo
Ha llorado mucho, confiesa y a seguidas explica que la Palabra de Dios es su consuelo en esos momentos. “Y cuando el insomnio llega, pues la oración es la respuesta más efectiva para recibir paz y consuelo”, comenta la madre tras lamentarse de que ha recibido muy poca ayuda por parte de las autoridades competentes.
A la pregunta sobre cuáles recursos agotaron para encontrarlo, Kirsy Lorena responde que lo primero fue dar parte a la Policía y a los medios de comunicación. Esto sin dejar de organizar grupos de búsqueda, hacer afiches, ir por las provincias, mandar retratos a las escuelas e iglesias de todo el país para ver si volvía a ver la carita de su amado Abraham José.
Al pasar el tiempo, ella sabía que las cosas se estaban tornando difíciles, más aun teniendo conocimiento de que producto de su diagnóstico de autismo, el niño no habla. Ese ha sido su tormento, el que ha diluido con la esperanza puesta en la respuesta divina.
En sus palabras, esta madre muestra una gran fortaleza, misma que ha utilizado para buscar la manera de ocupar su mente. De hecho, se ha refugiado en la escritura y el fruto de ello es su libro ‘Visitas de Dios’. “Básicamente es un estudio de la historia de Abraham el de la Biblia, pero me ayudó a entender mucho el plan de Dios cuando esperamos algo con paciencia”. Deja claro que espera por ese gran día.
“Eso no se supera, se sobrevive si tienes a Jesucristo en el corazón”
Es casi seguro que muchas de las personas que lean esta historia se pondrán en los zapatos de Kirsy Lorena Carrión y su esposo José Báez. Es inevitable dejar que a la mente llegue la pregunta “¿qué haría yo si me pasara algo así?”.
Esta madre tiene una respuesta a esta interrogante. “Si está pasando por esta situación o le toca vivirla, ojalá que no, fortalezcanse en Dios y, si es Su voluntad, pues Él traerá a sus seres queridos desaparecidos. Tengan a Dios en primer lugar en su vida para que puedan sobrellevar situaciones como éstas que son bastante difíciles”.
Aunque con esa fe de hierro que la acompaña, Kirsy Lorena admite que no ha sido fácil vivir casi cinco años sin saber dónde está su hijo, que hoy día tiene 12 años, de ellos, cinco desaparecido. “Porque hay que decirlo, esto no se supera, sobrevimos a ello si tenemos a Jesucristo en nuestro corazón. La fe y la paz de Dios ayudan a manejar cualquier situación”.
Cuando pasan estos casos, además de la angustia y la impotencia, sobre todo si se trata de un menor de edad, puede que haya otro elemento fuerte que aumente la tristeza. Por eso se le preguntó: ¿Siente culpa por la desaparición de su niño? Fue sincera con su respuesta: “He sentido de todo, porque es mi hijo que está desaparecido”.
Se hacía necesario aplacar sus emociones. Y una interrogante ayudó con esto. ¿Cuántos hijos tienen ustedes además de Abraham José? “Tres más, él es el segundo”, responde a secas.
Pero ella no solo ha buscado refugio en su familia. En la iglesia ha asumido la responsabilidad de extender su mano a quienes lo necesiten. “Esto ayuda, mi esposo y yo dirigimos una fundación en la comunidad. Realmente el mantenernos sirviendo a Dios y a la gente es muy terapéutico”. Esto lo dice con entusiasmo.
Aquel día
Remontarse a ese 11 de abril de 2017 no es fácil, pero sí necesario para ilustrar esta historia que quiso compartir con los lectores de LISTÍN DIARIO. “Vivimos en Valiente, La Caleta. Como ya le dije, el niño es autista y no habla. Ese día se salió de la casa y en cuestión de unos minutos ya no pudimos encontrarlo. Asumimos que alguien lo habría ocultado en una casa o trasladado en un vehículo”.
Salieron familiares y vecinos a buscarlo por todos lados, pero no lo encontraron. “Entonces, dimos parte a la Policía y a la prensa, pero no se ha resuelto nada a casi cinco años de su desaparición”.
Fueron momentos de mucha incertidumbre, de no saber dónde estaba el niño, si había comido, si estaba bien... Ella creía que lo iban a encontrar de inmediato. No ha sido así. A casi cinco años de su ausencia, a Kirsy solo la mantiene de pie la fe que tiene en que Señor le devolverá a su pequeño Abraham.
Por: Marta Quéliz,-
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