Pimentel,- Sentado en una mecedora, en la marquesina de su casa, donde vive
desde hace más de 40 años, el señor Domingo de Castro, quien el 13 de
agosto cumplió 106 años, aguardaba impaciente la llegada del equipo de
Listín Diario, que se trasladó a Pimentel, municipio de la provincia
Duarte, en la región Norte, para conocer sus vivencias y secretos de su
longevidad.
Don Mimo, como se le apoda, se empeñó en lucir formal y elegante.
“Abran esa puerta”, pidió, refiriéndose al portón de hierro del
garaje, porque no le gusta estar muy encerrado y le encanta que lo
visiten, como ocurrió durante la entrevista, que llegó su barbero
“Babay”, y la enfermera María Estela, quien atendía a su difunta esposa y
se ha quedado pendiente de la salud de don Mimo.
Mientras, su hija Ana, quien vive con él, y su nieta Magdalena, quien
se trasladó desde el Distrito Nacional para acompañarlo, se ocuparon de
auxiliarlo con algún dato que no recordaba y de darnos una calurosa
acogida, con merienda y almuerzo incluido.
Don Mimo se dedicó a trabajar la agricultura desde muy joven y con
ese oficio crió a sus hijos. “Eso fue lo mío, sembraba de todo”, afirmó.
Se concentró tanto en las labores agrícolas que no le prestó atención a
los estudios. “Por estar embromando con la agricultura dejé de ir a
la escuela”, narró.
Se definió como un hombre serio y de respeto. “Siempre obedecía y
respetaba mucho a mi papá”, aseguró. Por acatar las instrucciones de su
padre, no tuvo vicio de alcohol ni anduvo bailando.
“Mi diversión fue el oficio de la agricultura”, declaró, a lo cual
atribuyó su longevidad, porque vivía del trabajo y no hacía cosas malas.
Destacó que es una persona positiva, amistosa, alegre, atenta y detesta
los chismes. “Todo el mundo me quiere”, enfatizó. Le gusta jugar
dominó.
Su comida preferida es, según expresó, “la de nosotros (y sonríe):
arroz, habichuela y carne”. Pero dice que ya no come mucho como antes,
pero que gracias a Dios se enferma poco. Dejó de fumar cuando dejaron de
vender el cigarro que le gustaba. Cuando volvió al mercado continuó
pero le hizo daño, por eso lo abandonó de forma definitiva. Quiere
llegar a la edad que Dios le permita.
Matrimonio
Se casó a los 20 años con la señora Mercedes Peña, con la que tuvo 5
hijos. Destacó que solo tuvo esa única mujer, porque es cristiano.
“Encontraba que una mujer era mucho, y ya dos eran demasiado”, contó.
Criticó a los hombres que tienen muchas mujeres. “Hay hombres que
tienen más mujeres solo por darse la fama de que tienen mujeres, pero
ponen a sufrir a su esposa”, cuestionó.
Contó que crió a sus hijos “fajao” trabajando agricultura. “Comida
no les hizo falta, gracias a Dios yo producía la comida”, resaltó. Se
preocupó porque sus hijos estudiaran y logró que casi todos sean
profesionales. “Los estudios era el mejor beneficio, porque si no
hubieran estudiado, de qué vivieran”, manifestó.
Con orgullo, dijo que sus hijos no aprendieron vicios, sino a ser correctos.
LA BODA
Seriedad
Le gustó de su mujer cuando se enamoró de ella que “no era una
cualquiera, era de una buena familia, sus padres eran serios, no eran
unos charlatanes”.
Cuando se trasladó de Pimentel a la comunidad Sabana Grande, a pedir
la mano de la joven, la primera pregunta que le hicieron fue “dónde está
tu papá que no vino”.
La familia tenía que investigar la procedencia del muchacho antes de
consentir la relación, por lo que tuvo que llevar a su papá. Después de
dos años de amores, se realizó una boda de lujo y con mucha comida. Ese
día se asaron 12 puercos. “El mundo entero estaba ahí, ahí veía usted
los macos halando mondongos”, señaló. Se casó por la iglesia católica,
porque los suegros no permitían que lo hiciera diferente. Acostumbraba a
ir a la iglesia, pero ahora va poco porque, producto de la edad, camina
con dificultad.
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