Mientras el presidente de la República dice en su discurso que es mejor que el otro y que todo está bien, la realidad de nuestro país es otra.
Antes éramos felices aún viviendo en la orilla del río, nuestros techos de cartón y algunas dificultades que no han desaparecido en las altas edificaciones.
Nuestros jóvenes siguen dependiendo de las mismas oportunidades. "Ningunas"
Cada día hay menos opciones en un país tan rico como el nuestro, solo que mal administrado a nuestro juicio.
Si aún no queda claro quién lo hizo mejor les recordaré que, empezamos a soñar cuando tuvimos como pobres la oportunidad de aprender computación en las escuelas públicas.
Por: Lizardis Rodriguez ,-
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