Santo Domingo;- Luego de ser atacada salvajemente, con cuatro disparos a
“quemarropa”, Anibel González, de 30 años y madre de tres niñas, pudo
caminar unos cuantos pasos, y salir hasta la escalera de su vivienda,
agarrándose el pecho para evitar desangrarse por la hemorragia de una de
sus heridas.
Ahí se sentó, y comenzó a pedir auxilios a sus vecinos para que no la dejasen morir.
Dentro de la vivienda, en el baño, yacía en un charco de sangre el
cuerpo de su verdugo, su expareja Yasmil Fernández Estévez, de 43 años,
quien se disparó en la cabeza después de cometer el hecho, y delante de
las tres hijas que procreó el matrimonio, en el transcurso de doce años.
Las nuevas huérfanas de la tragedia, que siempre se repite, y que las
llevan a ingresar a las estadísticas de los feminicidios múltiples,
tienen 11, siete y cuatro años de edad.
“Ella fue traída con múltiples heridas, la más grave era la del
tórax, que entró y salió, hizo un sangrado moderado, se transfundió y no
volvió a sangrar. Se mantuvo estable y consciente, pero a las tres de
la mañana hizo una hemorragia masiva y murió”, explicó el doctor
Guillermo Hernández, director del hospital local, Antonio Musa, donde
fueron llevados los dos.
Eso ocurrió después que los vecinos, que escucharon los disparos y la
voz de la mujer cuando le decía: “yo te quiero, mira a tus hijas, yo te
quiero, no lo hagas por favor”, socorrieran a la abogada y comerciante,
quien ya estaba herida de muerte.
El vecino más próximo a la vivienda, una casa de dos niveles, situada
en el barrio Los Maestros y a donde González se había mudado hace 18
años, a tal punto que aún conserva el letrero de “se alquila”, narró que
junto a otro vecino la pudieron bajar y colocar en la acera, cerca de
un “poste de luz, en lo que llegaba el 911”.
“Una vecina salió con un paño y se le puso en la herida del pecho
para detener el sangrado y ella no paraba de repetir: no me dejen
morir”, dijo el hombre que no quiso revelar su nombre.
El vecino aprovechó la ocasión para quejarse de lo que define como
una gran tardanza del sistema de emergencia, ya que tardó
aproximadamente 25 minutos en llegar, “ya que en vez de enviar una
ambulancia a recogerla ellos no paraban de hacerle preguntas técnicas”.
Las testigos
Las hijas de este matrimonio, que se dedicaba al negocio de la venta de
muebles, y que según los propios familiares comenzaron a tener problemas
serios hace dos años, y derivó en que el marido apuñalara siete veces a
su mujer, y por lo cual fue a prisión, son las únicas testigos de la
tragedia.
“Las niñas gritaban espantadas mientras la impotencia me quemaba por
no poder hacer nada ya que estaba desarmado”, narró un vecino.
Es que Yasmil Fernández Estévez fue a la casa con el argumento de buscar a sus hijas.
Eran cerca de las cinco de la tarde del viernes y el hombre regresó
unas dos horas después y al parecer una hija le abrió la puerta, lo que
aprovechó para penetrar con un arma de fuego y encontró a su víctima en
una de las habitaciones, dijeron.
“Llegó con las niñas en brazos, una de cada lado, y las acompañó
hasta la vivienda donde la hija mayor de once años de edad le abrió la
puerta”, dijo un testigo.
“Él se enfermó con eso. El sistema y ella creyeron en él, pero le
falló a la justicia y a la sociedad”, dijo el abogado Julio Mercedes,
quien se definió como amigo de la familia, y quien intervino en algunas
ocasiones en busca de la solución del caso.
Preguntas sin repuestas
¿Cómo consiguió este hombre un arma de fuego si estaba bajo el
régimen de una medida de coerción, que le impedía portarla? Ese es un
tema pendiente de las autoridades. ¿Por qué estaba en libertad, después
de estar en prisión por la agresión anterior?
Miguel Ureña, tío de la víctima y como abogado acompañaba a la
víctima en el caso anterior, explicó que la misma no “se constituyó en
parte civil” tras alegar que “pensaba en sus hijas”.
Narró que el Ministerio Público llegó a un acuerdo con el agresor,
del que dijo Gónzalez le explicó que no estaba de acuerdo “porque no era
lo que ella había acordado”.
“Realmente ella no se constituyó en actor civil, y eso fue un proceso
que fue llevado por el Ministerio Público. El Ministerio público hizo
un acuerdo con él de que de los cinco años solo permaneciera en prisión
uno y medio y el resto haciendo trabajos comunitarios, firmando y
recibiendo asistencia psicológica”, explicó Ureña.
El acuerdo era que él iba a durar un año y cinco meses preso y
después recobraría su libertad condicionar, con visitas periódicas”,
narró.
Consideró que hubo negligencia por parte del Ministerio Público ya
que ellos sabían que este era un caso de intento de homicidio y que
aunque las partes llegaron a un acuerdo, el Ministerio Público no debió
dejarlo en libertad.
Para buscar repuesta a este tema acudimos donde el fiscal titular de
esta jurisdicción, Pedro Núñez, pero argumentó que la que llevaba el
caso era la unidad de Violencia de Género.
Al hacer contacto con la encargada explicó que esta daría su versión
en la ciudad de Santo Domingo, en la Procuraduría General de la
Republica, a donde fue llamada.
Sin embargo, Diario Libre publicó que el Tribunal Colegiado de la
Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de
San Pedro de Macorís admitió el acuerdo arribado entre Yasmil Oscar
Fernández y el Ministerio Público, representado por Margarita Hernández
Morales a pesar de que encontró a Fernández culpable de tentativa de
homicidio.
Los familiares
El padre de la abogada, Félix González, explicó que su yerno sufría
de un trastorno psicológico de bipolaridad por el cual estaba siendo
tratado desde que intentó asesinar a la abogada en 2017 de varias
heridas con un cuchillo que tomó de la cocina de la casa de la víctima.
Hace dos meses a Fernández se le impuso una orden de alejamiento tras
haber quedado en libertad condicional por el intento de homicidio.
Dijo que por tal motivo le aconsejó a su hija durar un tiempo en los Estados Unidos, “hasta que todo pasara”.
Mientras que otro pariente refirió que también intentaron que la
mujer acudiera a la ayuda psicológica, pero esta también se negó.
Finalmente el cuerpo sin vida de la abogada fue llevado a la
funeraria La Altagracia en el sector Villa Providencia de este municipio
para ser velado y luego darle sepultura este domingo en el cementerio
Santa Fe a las 10:00 de la mañana.
Mientras que los restos del agresor-suicida fueron recogidos por sus
familiares en la morgue del hospital y trasladados a la provincia de
Dajabón, de donde era oriundo.
Por Ramón Pérez Reyes ;-
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