El jovencito indica que Vargas le pagada a él y otros menores tres mil pesos por encuentros sexuales y se dedicaba a grabar las escenas para entregárselas a su jefe, el productor de televisión y espectáculos infantiles, hoy perseguido por la justicia.
Collado admite que nunca sostuvo relaciones íntimas con Kanqui, pero sí está consciente que su reclutador grababa y estaba a su servicio, ya que algunos de los niños parte del grupo, tenía relaciones con el comunicador.
El joven indica que cuando el escándalo estalló fue detenido y acusado de inducir a menores a la homosexualidad, por lo cual pasó tres años en reclusión, sin que las autoridades se preocuparan por investigar que simplemente era una víctima de gente más arriba, como Kanqui y Vargas.
Explica que en ese momento le acusaron inclusive de inducir a la homosexualidad a sus compañeros estudiantes del centro donde realizaba estudios.
Dijo que en esa oportunidad su madre denunció el abuso en su contra, que simplemente fue utilizado por esos señores y desde entonces Vargas salió del país y nunca más ha sido visto en Santiago.
Asimismo, el joven se queja del ministerio publico de entonces, ya que le interrogó para indagar donde estaban los videos de los menores en actos sexuales, pero no le interesó saber quiénes eran los que controlaban y dirigían todo, pese a que estaban en posesión de esas fílmicas.
Expresa que lo tomaron de chivo expiatorio, para no profundizar las investigaciones.
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